Después de la caída
del comunismo y del desastre de los populismos socialistas en la década de los ochentas, los comunistas y socialistas empiezan a identificarse con casusas de la justicia y de la libertad, se han colocado en el lado de los más débiles del sistema y luchan contra un capitalismo que no tiene límites, pues afecta a la clase trabajadora y exprime el medio ambiente.
Todo bien, sin embargo hoy hay una izquierda que aparece en crisis o desilusionada y las políticas se juegan en el centro. ¿La razón?
Lo que pasa es que cierta izquierda, cuya bandera de batalla por las masas deshere desheredadas y huérfanas de identidad acabó aburguesándose, contagiándose de los pecados de la derecha hasta perder su virginidad ética. Esto pasó con el gobierno de Humala.