Nadezhda Tolokónnikova, Yekaterina Samutsévich y María Aliójina,
encarceladas desde marzo, fueron condenadas a 3 años de prisión por un juzgado de Moscú, pues protagonizaron en el templo de Cristo Redentor una acción contra el
presidente Vladímir Putin y la cúpula de la
Iglesia Ortodoxa Rusa.
Rusia está siendo gobernado con mucho antojo por Vladimir Putin. Primero fue elegido presidente, luego se reeligió y después no pudo postular para un tercer mandato, entonces le dio la posta a Dmitri Medvedev que lo nombro primer ministro. Ahora es elegido como su predecesor para un cuarto ciclo, o sea tiene una especie de "adhesión al poder perfecto", sácandole la vuelta al sistema democrático.
Todo está jugada ha despertado a la opsición porque sienten que están ante una dictadura perfecta y quieren un pluralismo del poder. Está situación me recuerda con lo que pasó en México que el PRI que se mantuvo en el ejecutivo por 70 años.
No es secreto que la iglesia, de cualquier religión en el mundo, sea un gran aliado del poder del gobierno, por eso hay gente que protesta y grupos más extremos los atacan, cuestión que las Pussy Riot, inspiradas por el movimiento feminista de los noventa Riot grrrl, también tiró barro hacia ellos.
Su arresto por su canción
antiputin en la catedral de la iglesia ortodoxa, convirtió a las Pussy Riot en un fenómeno mundial, pues todo el mundo habla de ellas, tanto así que figuras del espectáculo como Madonna, Paul McCartney o
Sting, dieron su apoyo público y exigian su pronta liberación.
Según los diarios más importantes, nos comentan que hubieron cerca de 60 concentraciones en todo el mundo, donde le dan el completo apoyo a las jóvenes y protestaron por su pronta liberación. Sin embargo, las calles no fueron el único medio para ejercer algún comentario a favor, las redes sociales también participaron activamente. Por ejemplo, el perfil de twitter que pide su
liberación tiene ya más de 12.000 seguidores y casi dos millones de
personas han visto el video “Madre de dios, líbranos de Putin”.
El partido gobernante se opone a una condena por temor a que se convirtieran en mártires y dañen la imagen del país en el exterior, aunque todo ha salido contrario a sus deseos, ya que el juzgado les dió 2 años de prisión, a pesar que Putin pidió que las
Pussy Riot “no debían ser juzgadas con mucha dureza”.
Su vestimenta son ropa de colores claros y han popularizado los pasamontañas de colores estridentes, toda una moda que imagino que en el futuro dará mucho que hablar.
Finalizando, creo que ellas musicalmente no tienen nada bueno, pero su canción y el vídeo colgado en Youtube de su irreverente y ácida actuación en la inglesia rusa desperto la ira de Putin, sus partidiarios y de todo el Kremlin.
Canción traducida de Madre de dios, líbranos de Putin.
Madre de dios, virgen, ¡echa a Putin!, ¡echa a Putin! ¡echa a Putin!
¡Negra sotana, hombreras doradas!
Todos los niños del cura se arrastran para hacer una reverencia
El fantasma de la libertad en el cielo
Los homosexuales se envían encadenados a Siberia
El líder del KGB es vuestra más alta Santidad
Encierra en prisión a los manifestantes.
Para no disgustar a los santos
las mujeres deben parir y amar
¡Basura de dios, basura, basura! ¡Basura de dios, basura, basura!
Madre de dios, virgen, ¡hazte feminista hazte feminista, hazte feminista!
Alabanza eclesiástica al líder podrido, cruzada de limusinas negras.
A la escuela viene el cura, ve a clase, llévale dinero.
El patriarca cree en Putin Mejor debería, perro, creer en dios
El cinturón de la sagrada virgen no impide las manifestaciones
La virgen María está con nosotros en las protestas!
Madre de dios, virgen, ¡echa a Putin! ¡echa a Putin! ¡echa a Putin
Las tres integrantes del grupo Pussy Riot Maria Alyokhina, Yekaterina Samutsevich y Nadezhda Tolokonnikova, tras
escuchar la condena.
Protestas en los exteriores del juzgado.
Las protestas en las principales ciudades europeas se han sucedido tras
conocerse la condena.
En esta imagen, tres simpatizantes de las Pussy
Riot, con pasamontañas fluorescentes, pañuelos en la boca y las manos
encadenadas, frente a la embajada rusa en Londres.
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