domingo, 20 de marzo de 2016

Domingo.

Hace unos días en lo más profundo de la noche, en el sueño, una voz dice de pronto sin palabras: “algo me ha sucedido”. Me despierto dentro del sueño, trato de dormir otra vez y no sé si es algo bueno o una catástrofe va a venir. "Algo me ha sucedido" digo una y otra vez, entonces pienso tal vez esté muerto y me he despertado al otro lado de la calle (la muerte). Al abrir los ojos  tengo miedo y mucha preocupación por tratar de aprovechar cada momento de mi vida y hacer las cosas bien, pero luego me acuerdo que estoy en lima, hace un calor insoportable, tráfico de mierda, contaminación e intolerancia.


Hoy es domingo y realmente me gusta, porque siempre salgo a montar bicicleta a respirar el aire húmedo de verano y disfrutar de los encantos que da la noche, nada perturba la huida rectilínea de la avenida primavera hacia Miraflores. Son las nueve de la noche, las calles están desiertas, todavía algunas luces de autos. Manejo, disfruto, me muevo y miro. Estoy aquí y siento que la calle es mía y que estoy aprovecho este momento.